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Te presentamos a Alvaro Galindo, el nuevo Decano de la Facultad de Derecho

 

Alvaro Galindo, Doctor en Jurisprudencia por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador y Master en Derecho Internacional por la Georgetown University, es el nuevo decano de la Facultad de Derecho. Te invitamos a revisar la siguiente entrevista donde nos comparte sus nuevos proyectos, a corto y largo plazo.

¿Cuáles considera que son los retos que tiene nuestro país y a los cuales deberán afrontar los futuros abogados?

En primer lugar, considero que, para los abogados, existen unos retos inmediatos y otros retos a mediano y largo plazo.

Desde la óptica del abogado, un reto inmediato que debemos afrontar es la colaboración con la reconstrucción de la imagen del servicio de justicia a los ciudadanos y la percepción que tiene la sociedad de la práctica diaria del derecho. Para esto, es fundamental, desde la formación del abogado, que exista un conocimiento de las obligaciones que tenemos en la representación de los intereses de nuestros clientes y de la ética profesional que nuestra actuación debe tomar en cuenta. En un proceso como el actual (e.g., pérdida de confianza de la ciudadanía en las instituciones, preocupación sobre la salud personal y el estado de la salud pública, etc.), es importante que podamos priorizar acciones para que la práctica diaria del abogado atienda las necesidades que afronta la ciudadanía, con el aporte coordinado de la enseñanza del derecho. Finalmente, el proceso de globalización e integración económica, política y social, no debe escapar a dicha práctica de la profesión, por lo tanto, el abogado debe mirar más allá de las fronteras nacionales a la hora de su formación, lo que impactará en su práctica de la profesión.

¿Cómo se puede contribuir desde la academia, particularmente desde el Derecho, para construir una sociedad más justa?

Con la formación de abogados que entiendan el rol fundamental que desempeñan en la sociedad; un abogado comprometido con las causas de sus clientes; con el ejercicio de la profesión desde una visión holística del derecho y apegado al cumplimiento más estricto de la ética en el ejercicio de la profesión: Adicionalmente, desde la academia, es necesario que las facultades de derecho cuenten con programas de asistencia jurídica pro bono en casos en los que puede existir la necesidad de contar con servicios de asesoría legal gratuita y también en casos en los que se busca generar precedentes jurisprudenciales de relevancia para la sociedad. Para esto, la participación de los estudiantes, guiada por los profesores, es fundamental.

Más allá de la malla académica, ¿cuáles son los valores con los que se deben formar los abogados?

Entrega a las causas que están bajo su responsabilidad; lealtad, asesoría objetiva y oportuna con los clientes; visión social del ejercicio de la profesión (no importa cuán exitoso pueda ser el abogado, debe siempre encontrar un tiempo para atender causas que requieren de su asesoramiento pro bono). Finalmente, como un operador más del sistema de justicia, el abogado debe tener claro que su colaboración no termina con un juez o con su cliente: debe estar dispuesto a colaborar con la contraparte para el bienestar de las partes involucradas.

¿Cuál es el impacto que tienen los métodos alternativos de solución de conflictos en la sociedad?

Es profundo. Son un mecanismo de apoyo al sistema de administración de justicia. Desde la mediación comunitaria (que brinda acceso a justicia a comunidades de escasos recursos) hasta el arbitraje internacional (para las disputas económicas entre privados o en las que participan los Estados soberanos), los MASC deben ser parte de la caja de herramientas de todo abogado que quiera brindar una asesoría adecuada a sus clientes.

¿Qué mensaje le gustaría compartir con la comunidad?

La enseñanza del derecho, desde que recibí la primera invitación para dar clases en una facultad de derecho (primero, en mi alma mater, la PUCE, a través de su decana de derecho en esa época, la Dra. Ximena Moreno de Solines), y luego como profesor en diferentes universidades en el Ecuador y en otros países, ha sido mi gran pasión. Al asumir este nuevo reto académico, como Decano de la Facultad de Derecho de la UDLA, me estoy sumando a un proyecto que ya es exitoso y al que espero contribuir con mi aporte para consolidar la presencia de esta Facultad en el país y la región. Cuento con el apoyo de un grupo académico de primera y con el apoyo de las autoridades de la Universidad. Estoy seguro que el abogado que seguiremos entregando a la sociedad ecuatoriana saldrá con las herramientas necesarias para hacer la diferencia en la práctica del derecho, donde sea que se encuentre.