Erradicar el hambre es un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, en el que también está inmersa la desnutrición infantil. Según la ONU, 66 millones de niños en edad escolar primaria, asisten a clases con hambre en los países en desarrollo, 23 millones solo en África.
La desnutrición infantil es un problema de todos y no solo de un Estado, por lo que es necesario abordarlo desde varias aristas. La Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas (FACEA) con el apoyo de la Fundación Hanns Seidel organizaron el conversatorio “El combate a la desnutrición infantil como política de Estado: avances y desafíos”.
En la charla participaron: Juan Pablo Bustamante, consultor en políticas de prevención y erradicación de desnutrición infantil; Luciana Armijos, especialista en sistemas y políticas de Salud; Juan Pablo Guzmán, gerente de política pública y articulación en Red Nutrición Infantil; y lo moderó Andrés Mejía, docente investigador del CIEE UDLA.
Según Juan Pablo Guzmán, para combatir la desnutrición crónica infantil es necesaria una política pública, una visión integral para abordar esta problemática y reducir la asimetría de la información. Además, para atender las necesidades básicas es necesario alrededor de USD 2.000 millones.
Por su parte, Luciana Armijos considera que en Ecuador se necesitaría un presupuesto por resultados inicial de USD 500 millones, para que se tomen los correctivos necesarios, incluso, sin contar con un sistema tecnológico de punta, sino el de aprovechar técnicas sencillas y eficientes para cumplir con los objetivos.
Juan Pablo Bustamante cree que el presupuesto inicial debe ascender a USD 900 millones en el país. Que se trabaje de la mano con los municipios en acciones en beneficio de los niños y madres.
Para él, es importante la atención que recibe la madre en su estado de gestación y los primeros 1.000 días de vida. Considera también que el entorno y la atención que recibe madre e hijo son claves para erradicar la desnutrición infantil.
Para eso, los tres panelistas invitados concuerdan en que es necesario un trabajo conjunto entre el Estado, la academia, la empresa privada y la sociedad en general para al menos reducir seis variables que inciden en la desnutrición infantil hasta el 2025. (OP)
