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UDLA y WWF se unen en una impactante investigación, en el marco del Día de la Amazonía ecuatoriana

 

  • La Universidad de Las Américas (UDLA) y WWF-Ecuador contribuyen al desarrollo de ciencia para la conservación en Ecuador, usando tecnología de punta para investigar los peces de los ríos amazónicos ecuatorianos en las principales cuencas hídricas de los ríos Napo-Aguarico y Pastaza.
  • Esta investigación contribuirá a la generación de bases de datos de ADN ambiental, el descubrimiento de nuevas especies de peces y el levantamiento de indicadores de la salud de sus ecosistemas, incluida la bioacumulación de metales pesados que estos albergan.

El proyecto “Evaluación del estatus de conservación de especies de peces bandera-sombrilla y sus ecosistemas en las cuencas del bajo Pastaza y Aguarico de la Amazonía Ecuatoriana”, liderado por investigadores de UDLA y WWF-Ecuador, realiza importantes expediciones dentro de ríos amazónicos ecuatorianos para entender la ecología y biodiversidad de estos hábitats, haciendo un llamado colectivo a la conservación de estos paisajes en el  marco del Día de la Amazonía.

La Amazonía ecuatoriana abarca ecosistemas de humedales y bosques altamente biodiversos, convirtiéndose en el hogar de cientos de especies de plantas, aves, mamíferos, anfibios y peces de agua dulce. Este proyecto de investigación se enfoca en los ecosistemas dulceacuícolas de la Amazonía e incorpora diferentes metodologías de investigación, siendo una de ellas el ADN Ambiental (e-DNA), el cual es un método innovador que sirve para identificar el ADN de fauna en los ríos, sedimentos y entorno en general, para así determinar la presencia o ausencia de determinadas especies en el paisaje.

“El poder de este método revolucionario es comparable a la magia. A medida que cada organismo se mueve, a través de su entorno, arroja pequeñas células de la piel y fluidos corporales que llevan su ADN, dejando un rastro genético temporal de su existencia”, indica el Dr. José Vicente Montoya, líder del proyecto y ecólogo acuático de la UDLA. “A estas partículas se las llama ‘ADN ambiental’, las mismas se agregan y transportan en arroyos y ríos, por lo que todo el ambiente queda impregnado por las especies que lo habitan”, agregó Montoya.

Durante la expedición, el equipo conformado por siete científicos e investigadores recolectaron muestras de e-DNA, mismas que posteriormente fueron enviadas a Inglaterra para que puedan ser analizadas. Para el Dr. Nathan Lujan, curador de la colección de peces del Museo Real de Ontario en Canadá y co-líder de la expedición, lo que hace a este proyecto realmente robusto es la construcción simultánea de una biblioteca de ADN o de códigos de barra genéticos. “La parte más desafiante”, dice el Dr. Luján, “es determinar qué nombres de especies deben coincidir con todas las secuencias de ADN, especialmente para especies poco conocidas”. De esta manera, los resultados obtenidos con el e-DNA pueden ser comparados con esta biblioteca de ADN de innumerables animales que viven en toda la cuenca, aún sin haberlos visto personalmente. Ejemplo de ello es la presencia del mítico manatí que, a pesar de no haber sido visto en muchas de las localidades visitadas, gracias a estas nuevas técnicas podríamos confirmar que habita en la zona.

“Según el informe de WWF, índice Planeta Vivo 2020, existe una preocupante reducción  de  los peces migratorios de agua dulce a nivel global. Cerca de un tercio de estas especies han sido declaradas como amenazadas, señala Jessica Pacheco, Oficial del Programa para WWF-Ecuador. El reporte menciona que, en Latinoamérica y el Caribe, hasta el 84% de las especies de peces migratorios han registrado disminuciones en sus poblaciones. La degradación de sus hábitats, la contaminación, las represas hidroeléctricas, el cambio climático y la sobreexplotación pesquera están entre las principales causas. Varias de estas especies, como el bagre dorado, el gran pez migratorio de la Amazonía, no son solo una fuente de proteína importante para las comunidades locales que viven a lo largo de los ríos, sino que también son un indicador positivo de la salud de los ecosistemas acuáticos.

Fuera de ser una fecha hito, el Día de la Amazonía ecuatoriana se rige como un recordatorio de la necesidad de trabajar en conjunto para conservar y mantener la salud de los ecosistemas, siendo un factor clave para el bienestar humano. Esta primera expedición ya ha arrojado nuevos conocimientos sobre la rica biodiversidad existente dentro de los humedales y ríos de agua dulce del país. Por ello, se planean dos expediciones más para comparar datos de los mismos lugares en diferentes estaciones donde las condiciones de los ríos cambian considerablemente.

Esta investigación es posible gracias al trabajo conjunto de científicos, comunidades locales y guardaparques de la Reserva de Producción de Fauna Cuyabeno, demostrando que, ¡Juntos es posible!