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¿CUÁNTAS VECES DICES “TE QUIERO”? / SOFÍA ZEVALLOS POLO

TOMADO DE FORBES ECUADOR

Se acerca el 14 de febrero una fecha que no pasa desapercibida porque se celebra en varios países del mundo el Día de San Valentín. A pesar de ser reconocida como un festejo de tipo comercial, se sabe que viene de mucho antes. Concretamente del siglo III en Roma y la muerte de Valentín, un sacerdote sentenciado por celebrar en secreto matrimonios de jóvenes enamorados.

Por la introducción que he planteado, parecería que esta columna va dedicada a los enamorados, pero en realidad está destinada a resaltar la importancia del amor.

Marian Rojas, psiquiatra y escritora de varios libros sobre emociones y salud mental, nos cuenta en uno de su podcast titulado “Amamos como nos amaron” que, la persona humana crea cimientos emocionales, los cuales explican la influencia que tienen algunos momentos importantes de nuestra infancia, conductas, comportamientos, hábitos que hemos vivido desde pequeños en algunas decisiones que tomamos décadas después. Y esto tiene que ver con lo vivido en la niñez, con acontecimientos que marcarán nuestra vida, el cerebro va asimilando esas situaciones como conocidas y que lo vivido en casa se vea como normal, esa base estructural la denomina la zona conocida del cerebro, zona que alberga los cimientos emocionales con los que crecemos y que nos permite detectar como buenas, malas o neutras cosas que nos suceden en la edad adulta.

En uno de sus ejemplos la psiquiatra cita a Joaquín, un joven que acudió a su consulta, que había crecido en medio de discusiones de sus padres, conflictos constantes entre ellos, con escasas muestras de cariño y afecto, donde la palabra “te quiero” estaba olvidada y los abrazos estaban perdidos, en otras palabras, Joaquín había crecido en un ambiente frío y hostil. Cuando se hizo adulto, sus relaciones de pareja fracasaban y le reprochaban lo poco afectivo y cercano que se mostraba. En la consulta con la psiquiatra regresan a su infancia y este joven menciona que, cuando era niño y necesitaba un abrazo de sus padres, sentía que no era escuchado y atendido afectivamente, porque ellos estaban muy enganchados en sus discusiones y poco conectados con él, es decir, habían desarrollado un apego inseguro o evitativo. Normalizó esta situación, guardó sus emociones e intentó no necesitar un abrazo y tampoco darlo.

Es en este punto donde me quiero centrar, porque en la infancia el verse atendido no solo física sino, emocionalmente es radicalmente importante, un niño que se siente solo, que busca conectar con sus padres o familia y no se siente saciado, desarrollará una coraza, y se convencerá de que no necesita nada, que puede solo. A la larga, esto afecta en la etapa adulta.

Tendemos a replicar y a amar como nos amaron, pero ¿nos determinan siempre estos cimientos? De acuerdo con la experta, afortunadamente NO, siempre es posible sanar, desbloquear aquel trauma generado en la infancia.
La palabra clave es SANAR ¡No repliques, no evadas, afronta! Esto implica realizar en palabras de Rojas, un ejercicio mental de superación y maduración, haciendo un “clic interior” atravesando un punto de inflexión donde somos conscientes de las cosas que nos han hecho daño, para luego trabajarlo, analizarlo y aceptarlo, de cierta manera otra clave es perdonar, superar el dolor y el trauma.

Esto significa que cuando recordemos el pasado, ya no duela. Somos responsables de amar bien, más allá de lo vivido en la infancia, debemos confiar en que sí se puede romper con patrones y estilos que en algún momento nos hicieron daño.El modelo que damos a los niños, niñas, adolescentes, a nuestros hijos es muy importante los hábitos, las rutinas familiares, las muestras de respeto y cariño son imprescindibles.

Decir “te quiero” abrazar, o generar un clima afectivo en el hogar no nos hace débiles, tampoco nos quita autoridad frente a los demás. Todo lo anterior genera vínculo, conexión y cimientos emocionales sanos. Quizá este 14 de febrero sea un buen momento para comenzar.

Enlace de la nota: https://www.forbes.com.ec/columnistas/cuantas-veces-dices-te-quiero-n47889