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NO TODO ES COLOR DE ROSA EN EDUCACIÓN / SOFÍA ZEVALLOS

TOMADO DEL SITIO WEB DE FORBES ECUADOR

RESUMEN: 

Reconozcamos que el lenguaje brinda un poder de comunicarnos desde el respeto y fomenta espacios inclusivos. Que la prevención y el verdadero conocimiento sea el camino.

Título a esta columna de esta manera porque creo que la escuela es un lugar seguro y que los docentes de todo nivel educativo estamos o debemos estar capacitados para guiar el aprendizaje de nuestros estudiantes y realizar una mediación asertiva y respetuosa, pero no es la regla. ¡Lamentablemente, no lo es!

El pasado mes de marzo un niño de 5 años, con autismo, fue agredido por el coordinador académico en la institución educativa llamada MUYU School, ubicada en la ciudad de Ibarra.

De acuerdo con la versión del centro educativo, el maestro intentaba evitar que el niño agrediera a sus compañeros y por eso el docente aplicó al pequeño una estrategia denominada “tiempo fuera” que en principio tiene la intención de controlar impulsos y fomentar el autocontrol, pero lo que en realidad se observó fue que el niño terminó siendo arrastrado fuera del aula con gritos de auxilio. Voy a detenerme aquí para mencionar que, el niño tiene 5 años y que, aunque no tuviera ningún tipo de condición su proceso de autocontrol está en camino de estructuración y desarrollo.

El agresor fue grabado por una mujer que vive cerca de la institución educativa y fue quien denunció al Ministerio de Educación el maltrato que escuchó. Como respuesta la Dinapen empezó a investigar.

Actualmente, el agresor tiene prohibición de acercarse al estudiante dentro y fuera del contexto escolar. También se activó el plan de acompañamiento y acciones de prevención y reparación del tejido social al estudiante y a sus compañeros. Y se dispuso la aplicación del régimen disciplinario al presunto agresor. La escuela ya fue clausurada, porque, además, no contaba con los permisos de funcionamiento.

El video se viralizó, la indignación aumentó y hay más de una víctima, porque además del sufrimiento del pequeño en medio de un entorno hostil, también están quienes observaron el modelo de aquel docente que sin otro recurso que el maltrato físico, normalizó una vez más que la agresión es lo natural, aquellos espectadores fueron los compañeros del niño a quienes estos acontecimientos los llenan de temor y los mantendrán con niveles altos de ansiedad y todo esto a tan corta edad, en el lugar que debería considerarse un sitio seguro, la escuela.

En definitiva, la convivencia escolar se ve totalmente afectada. Cuanta contradicción, con lo que la educación propone, “ser un bien que, si lo compartes, se multiplica” (Alejandro Llano) un bien no un mal, una oportunidad y no un castigo. Hace falta más formación y capacitación en temas no solo didácticos sino, vinculados con los factores socioemocionales que influyen en el aprendizaje.

Quiero finalizar esta columna con algunos términos que podrían apoyar cuando tenemos que reconocer la neurodiversidad y respetarla. Ya es tiempo de actuar, actuar para prevenir, esta vez la intención es además de levantar la voz por esta tremenda e injusta agresión a un pequeño niño también, promover desde el lenguaje que, todos seamos capaces de tratar con respeto y dignidad a quienes nos rodean, desde la instancia en la cual nos desempeñemos, pero sobre todo si estamos en contacto con lo más preciado que existe, los niños y las niñas.

Los tomé de una publicación en las redes sociales del Centro de Psicología Aplicada de la Universidad de Las Américas:

Neurodiversidad: es la diversidad de mentes humanas, la variación infinita en el funcionamiento neurocognitivo dentro de nuestra especie. Neurodivergente: denota tener un cerebro que funciona de manera que diverge significativamente de los estándares sociales dominantes o lo “normal”. Neurominoridad: es una población de personas neurodivergentes. Incluye personas con autismo, personas con TDAH, personas disléxicas y personas con altas capacidades. Misautismia: es un rechazo fóbico hacia quienes son neurodivergentes, especialmente dentro del espectro autista.

Damos un paso más y reconozcamos que el lenguaje brinda un poder de comunicarnos desde el respeto y fomenta espacios inclusivos. Que la prevención y el verdadero conocimiento sea el camino.

Enlace de la nota completa: https://www.forbes.com.ec/columnistas/no-todo-color-rosa-educacion-n49724