Ángel Insuasti comenzó a estudiar Medicina Veterinaria hace ocho semestres. Sin embargo, tenía muchas dudas cuando inició la carrera, por ejemplo, pensaba que solo estaba enfocada a pequeñas especies o que el mercado laboral era muy pequeño. Ahora, parte de sus metas en la vida es contar el amplio campo que tiene esta carrera a nuevos postulantes y estudiantes en la UDLA.

Otra de sus misiones es ser cada día mejor en lo que hace y dejar en lo alto la carrera de Veterinaria en el mundo. Por eso, consiguió un externado en una de las más prestigiosas instituciones del mundo: Cornell University en Ithaca, Nueva York (NY), Estados Unidos.

Lo hizo por mérito propio. Se puso en contacto con el departamento de Relaciones Internacionales de esa casa de estudios, reunió todos los requisitos y viajó para realizar prácticas en el área de medicina interna de pequeñas especies del Hospital de Animales de Compañía.

Durante un mes atendió pacientes y compartió con estudiantes de otras universidades y con médicos especialistas. “Después de cada día se realizaban las rondas en las cuales los profesores hablaban de cada uno de los casos y los analizaban”, comenta Ángel.

La experiencia

Ángel cuenta que para cumplir los sueños muchas veces es necesario hacer ciertos sacrificios. Por ejemplo, el 18 de septiembre tuvo guardia en el hospital y pasó allí la noche, el detalle era que justo fue el día de su cumpleaños. “Para conseguir el éxito uno debe dejar de lado ciertas cosas”, cuenta.

El resto de días la jornada de trabajo vera desde las 7:00 hasta las 21:00 o 22:00. Durante los primeros días, en cambio, estuvo de 6:00 a 17:00 y fue cuando tuvo la oportunidad de rotar por diferentes áreas para comprender la complejidad del hospital de Cornell. Estuvo en oftalmología, odontología, dermatología, cuidados intensivos y en medicina de exóticos.

Además de la atención a sus pacientes, que pudo solventarla con la educación que recibe en la UDLA, Ángel tuvo que enfrentarse a otro reto que fue el idioma. “La lengua nativa de todos allá era el inglés y nadie hablaba español”, cuenta.

Al regreso, y ahora que reflexiona sobre su viaje en las pasadas vacaciones de verano, su meta es generar un cambio de mentalidad en Ecuador y posicionar a la medicina veterinaria como la importante profesión que es. “En Estados Unidos se toman muy en serio porque saben la influencia que tienen no solo en su campo específico de acción sino también en salud pública, en la producción animal y en el medio ambiente”, puntualiza.

La próxima meta

A Ángel le gustó tanto su viaje a Estados Unidos que ahora inició la aplicación para otra experiencia de pasantías, esta vez enfocado en otra área de estudios. Se trata de un programa de liderazgo en investigación al que aplican estudiantes de todo el mundo.

Durante dos meses y medio trabajan en los laboratorios realizando todo tipo de investigaciones y finalmente asisten a un congreso especializado.

Hasta el momento Ángel ya ha reunido toda la documentación que entregará pronto a la Universidad de Cornell e ingresará a la etapa de selección. (DB)